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Cabina, Clínica o SPA

Por YLE
Rectora del Instituto de Cosmiatría Biotecnológica

Hablaremos de estos tres conceptos bajo un punto de vista de la evolución de nuestra profesión, ya que este tema puede tener más de mil matices dependiendo de la perspectiva que se le quiera tratar; es decir, un médico se expresará de una manera y como fisioterapista de otra.

En nuestro caso nos expresaremos en función del crecimiento de nuestra área que ha sido exponencial en estos últimos años y para ello es necesario echar una vista al pasado para visualizar como era la cosmetología tiempo atrás. Hace algunos años, el medio Cosmetológico estaba enfocado a una cosmetología mas elaborada en donde sus técnicas estaban influenciadas por la cultura Europea; en donde las manos eran la base de cualquier tratamiento y las líneas cosmetológicas marcaban las tendencias. Al haber muy pocas escuelas en México que apoyaran la educación de esta área, las líneas cosmetológicas jugaban un papel sumamente importante, por ende al existir pocas escuelas también operaban pocas clínicas. En ésta acudían personas en su mayoría del sexo femenino y en donde el concepto primordial de interés era la vanidad. Estas clínicas tenían instalaciones bien estructuradas con servicios de faciales y los masajes eran primordialmente reductivos. Las clínicas tenían conceptos elitistas y no lo hablo solo por una economía sino en el concepto de engreimiento. Esta ocupación era la preferida para mujeres que no querían abandonar sus hogares y muchas de ellas instalaban verdaderas clínicas en sus casas; hablo de instalaciones con recepción y cubículos de atención que podían ir de dos a más áreas. En ese tiempo había terapeutas que adaptaban en sus hogares una recámara con todo lo necesario para proporcionar los tratamientos, a estas áreas se les llamaban Cabinas, y aunque ustedes no lo crean, éstas podían volverse la fuente de ingresos que sostenía a toda una familia proporcionando no solo lo necesario para el hogar sino hasta la educación formal de los hijos.

Conforme fue pasando el tiempo las cabinas fueron tomando el concepto del área de trabajo para la terapeuta, conformándose lo que conocemos como Clínica. Actualmente se dice que una Clínica puede contar con un número específico de cabinas, las cuales pueden ser un cubículo con una camilla y un aceite esencial. Hace algunos años, la Cabina era nuestra fuente de trabajo con todos los equipos vanguardistas del momento: lupas, vapores y una gama grandísima de productos cosmetológicos, que hacían de una hora de tratamiento, la experiencia más amena en la aplicación de productos cosméticos por el arte conjuntado al masaje facial o corporal.

En esa época la relación con los usuarios era un verdadero reto pues había que educarlo en la cultura del cuidado personal, en una época donde comprarse una bolsa tenía mayor valor comercial que realizarse un facial o un corporal. Es más, en el caso del tratamiento corporal se tenía como gran competencia a las masajistas que iban a domicilio dar masajes para reducir medidas; el valor agregado era un diploma europeo o manejar líneas del mismo origen.

La relación interpersonal con el usuario era básica, pues solo se permitía que los tratamientos estuvieran a cargo del dueño de la Clínica. Cuando se contrataban apoyos, los clientes perdían su lealtad, es decir el cliente comúnmente expresaba que -iba con su facialista Mimi y no que iba a la Clínica Salud Center-, por lo que esperaba que ella, -Mimi-, y solo ella, le atendiera, volviéndose uno esclavo de sus mismos clientes. Pero por el otro lado, teníamos una relación realmente cercana con ellos. Durante muchos años el concepto de Clínicas y Cabinas marcaron las tendencias. El tiempo pasó y de la vanidad evolucionó con pasos agigantados a un concepto de conciencia en el cuidado del cuerpo humano junto con la valoración de la belleza y la juventud.

La tendencia de la calidad total y el profesionalismo de algunas instituciones educativas, aportaron mucho a nuestra área, ya que no era suficiente con dominar una técnica, sino había que tener la presencia física para ser la tarjeta de presentación de las empresas y fue cuando muchas personas que tenían más de 40 años perdieron sus trabajos y fueron substituidas por imágenes jóvenes y frescas. Estas personas que requerían cuidar sus fuentes de ingresos voltearon a apoyarse en las Clínicas como una inversión en sus personas para después volverse no solo una inversión para dar una buena imagen ante la sociedad sino ahora como una conciencia de que debemos cuidar el único cuerpo que tenemos y que si lo mantenemos, el envejecimiento llegaría de una forma digna y menos abrupta.

En la actualidad se ha tomado conciencia en conceptos en beneficio del cuerpo humano como el de tomar agua, el de regular la alimentación hacia una tendencia más de tipo nutritivo contra la comida chatarra, el del ejercicio como un valor en el cuidado del control de peso no solo por estética sino por salud y el del dormir como el descanso que requerimos para mantenernos energetizados y sanos. En este sentido, la imagen es uno de los valores que marcan el status social. Una mujer u hombre delgados con cuerpos que denotan la actividad física, con una energía biológica natural que se refleja en la alegría por vivir van en contra de un cuerpo adiposo, flácido, cansado, mal nutrido, que refleja continuamente una falta de sueño, bostezando y mostrando la carga tan pesada que llevan encima cada día, presentando dolores recurrentes en sus cuerpos.

En una cultura en donde los valores sociales nos han llevado a un grado de exigencia tal, hemos entendido que para llevar ese ritmo requerimos de nuestro organismo y que si no lo atendemos no podemos cubrir todos los roles que implican la vida actual: excelente mamá, excelente pareja, excelente hija, ciudadana, amiga, estudiante, etc. Con todo ello, la aparición del concepto SPA era el más factible en un mundo en donde la carga social es simplemente asfixiante.

SPA, sabemos que viene del término salud por agua. Desde sus orígenes, el SPA ha estado sustentado en el manejo del vital líquido como un homenaje al elemento que fomenta la vida y como el que puede proporcionar la limpieza y pureza del cuerpo y el alma. Y en efecto, las normas indican que un SPA debe contar con un sistema para tratamientos que involucren de una u otra manera el manejo del agua.

En aras de lo anterior, quisiera compartir un punto del cual me hago responsable como concepto y que ha sido tratado en la pasada Feria Internacional del Agua.

-Vivimos en un planeta en donde el agua en un período muy corto se convertirá en oro por su valor.
-Se sabe que Canadá por sus grandes extensiones de -icebergs- será el país que domine el precio del agua.
-Hay lugares en donde no ven una gota de agua en días.
-Cerca del 40% de la población mundial actualmente vive en áreas donde los problemas relacionados con el agua son moderados o serios. Para el año 2025, se estima que dos terceras partes de la población mundial, casi cinco mil quinientos millones de personas, vivirán en áreas que enfrenten problemas de agua.
-El uso de agua se incrementó seis veces durante el siglo pasado, más de dos veces que el crecimiento de la población mundial.
-El agua que se pierde debido a fugas, el uso ilegal y el desperdicio, representa cerca del 50% del agua potable total de los países en desarrollo.
-El ecosistema de agua dulce está seriamente dañado: cerca de la mitad de las zonas húmedas del mundo se han perdido y de las 10 mil especies conocidas, el 20 % está extinto.
-En países como Estados Unidos, China e India, el agua subterránea se consume más rápido de lo que se repone y la cantidad de esa agua continúa disminuyendo.
-La tarea de acarrear agua en muchas de las zonas rurales recaen sobre las mujeres y los niños, quienes tienen que caminar kilómetros diariamente para llevar agua a sus familias. Las mujeres y niñas también tienden a sufrir los resultados de no tener acceso a servicios sanitarios.
-Todo el tiempo, la mitad de las camas de los hospitales del mundo están ocupadas por pacientes que sufren enfermedades relacionadas con el agua.

Esto, una cuestión de CONCIENCIA.

Pero que pide realmente el usuario cuando va a una Clínica o a un SPA? En el caso de una Clínica, está esperando resultados en su modificación estética y en caso de un SPA, espera tanto la modificación como un buen sistema de recuperación del status quo del cuerpo y el alma. El usuario actual es un usuario realmente exigente y con toda razón, busca profesionalismo con toda persona con quien habla, desde el o la recepcionista hasta el o la terapeuta; busca una experiencia que lo transporte al valor que paga no solo monetario sino emocional; busca un alto valor emocional en el servicio que recibe; busca la verdad y congruencia en lo que se le hace pues su cuerpo es el único que tiene y lo deposita con toda confianza en nuestras manos; busca un cómplice que le ayude a disminuir la carga de exigencias que le genera la vida actual; busca estética visual (una escenografía que lo transporte a un mundo totalmente diferente al que el vive), estética física (en lo que él se fuga de su mundo, recobrar su juventud y dulzura en su cuerpo le proporciona un bienestar consigo mismo y una fortaleza para enfrentar la sociedad) y estética emocional (alegría y entusiasmo de vivir cada día).

SPA surge de salud por agua; en la actualidad el humano requiere más que agua, requiere sentirse en un espacio a salvo de sus propias tormentas. Usemos el agua como una herramienta no como el medio pues solo tenemos un planeta y un futuro, el cual depende en parte de cada uno de nosotros. Las instalaciones del SPA son pensadas en atender las necesidades físicas y emocionales del usuario; Clínica surge como un centro para modificar ciertos aspectos que no nos agradan de nuestro cuerpo y, Cabina es nuestra área, un espacio en donde la confianza del usuario se ve inquebrantable, en donde las técnica, el profesionalismo y las relaciones humana sobrepasan la limitación de ser un simple cubículo de trabajo.

Clínica, Spa o Cabina, el usuario es el mejor personaje para describir la diferencia.